viernes, 27 de julio de 2012

El nuevo libro de Doña Petronia

Creo firmemente que toda mujer excepcional tiene algo de tradición y algo de locura, no siempre ubicadas en extremos opuestos de su identidad. Hoy, todas vivimos entaconadas, autoproclamadas "mujeres de mundo", ejecutivas, apuradas, Mujeres Maravilla de los autoservicios. Hoy, yo recibo un regalo póstumo de una mujer muy lejana a esta realidad: mi abuela materna, Tati. 

Ella desafió las particularidades de su época casándose de traje taller, ya bastante mayor y hasta separándose de mi abuelo. No obstante, y como muchas de aquellos años, fue ama de casa la mayor parte de su vida. Eso sí, ama de casa de verdad, de las que consideraban la economía del hogar como un arte, de las que saben dónde comprar, qué comprar, de las que hacían las compotas aunque ya existiera Gerber y de las que sabían que todo lo anterior era una profesión como las demás.

"El peor trabajo del mundo", dice mi madre, quien se parece muy poco a su madre. Tiene razón, regentar un hogar es poco apreciado, no se tiene seguro para los dedos cortados por error, nadie paga las horas extra, ni los feriados...no hay ni bono vacacional porque, admitámoslo, no hay vacaciones. Con todo, yo pienso que sigue habiendo un gran orgullo inherente a saber que "todo marcha bien", a ver que la alimentación de los niños no ha sido patrocinada por Ronald McDonald's y que la casa sigue en pie aunque el servicio se enferme y falte una semana.

Por eso, dedicaré este blog a inmortalizar de manera digital todo lo que Doña Petronia (porque así aparece en el encuadernado del libro, aunque se llame en realidad PetroNA) pudo haberle enseñado a mi Tati y, por consiguiente, a mi. Haciendo esto, siento que estoy en un cuarto inmenso con todas las mujeres de mi familia, deshilvanando el tapiz de nuestras tradiciones y riendo al comprender que ciertos secretos ya pueden pertenecerme. Alguien vio How to Make an American Quilt? Será que Doña P. sabe hacer quilts?